
La historia del Miami Design District está, sin duda, bien dibujada. Llevaba más de 15 años en planos e ideas, esperando su oportunidad para convertirse en realidad. Su aparición no ha podido ser más oportuna en una ciudad que respira nuevos aires. Este proyecto vivo de ciudad rescató algunas propiedades históricas y construye algunas otras para hacer historia. En 2012 se inició un proceso que abarcará la construcción y reconstrucción de más de 540,000 pies cuadrados, la inversión de más de 312 millones de US $, un hotel, un mall y alrededor de 100 viviendas en una zona que, en principio, sería sólo comercial pero que su particularidad ha hecho que sea un lugar donde muchos quieren vivir.
El líder y visionario del Distrito, Craig Robins, lo expresó recientemente: "la zona ya está estupenda, pero su transformación será exponencial". Y es cierto.
Hasta el lujo clásico se adapta a este particular lugar. Dior, Berluti, Hermes, Loui Vuitton, han asumido la personalidad del distrito jugando con elementos antiguos, haciendo arte con sus logos, fusionándose con los faroles de época que alumbran la calle al atardecer y compartiendo el vecindario con tiendas sencillas, curiosas, únicas. Estas calles son espacios para la creatividad, el arte y los sabores exquisitos
Sólo aquí podemos ver a una Frida moderna en una fachada de los años 50, a un chef israelí haciendo pizza de camarones sobre queso peccorino y sirviendo el agua en una botella de taberna, una casita blanca con un aviso irresistible: "Postres para el alma | Café, Dulces y Vino en la terraza". También podemos sentarnos en una banca a dejar que el sol de Miami nos deje ciegos y luego, a la luz de la noche elegir dónde cenar .
Miami Design District es un lugar para habitar y vivir. Aquí lo común y lo corriente no puede subirse al tren.
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